domingo, 20 de septiembre de 2009

Sr. Kowalski

Detesto tantas cosas.
En especial, me molestan los pensamientos de esas personas refinadas que hablan sin saber sobre la experiencia personal de otros. Y cuando hablan de sus propias vivencias, parecen haber alcanzado el nirvana, como si se encontraran en un nivel superior. En general esas me jode, pero me superan hasta llegar a querer vomitarles, las de aquellos otros que sin saber, sin tener ni puta idea, rebaten, defienden y encima argumentan que una determinada expresión creativa no es arte, no es validad y que no entienden como otros ni si quiera lo consideran.
Ese es el problema, no entienden, ellos mismos lo asumen como verdad absoluta, lo emplean como argumentación y justificación de su propio discurso.
Quizás la solución a sus problemas de vivencia personal, estaría en querer acercarse a las vivencias de otros, con deseo de saber, con la mente abierta a otras posibilidades tan válidas como las que ellos entienden como únicas y verdaderas, simplemente porque así se los han enseñado, porque es lo único que sus cortas mentes pueden comprender.
En cierta manera me dan pena, o será lastima, a quien quiero engañar, no los soporto. Pero los que no tienen desperdicio, a los que realmente deberían eliminar de la faz, son a aquellos otros que habiendo alcanzado algo de fama, dentro de esos 5 minutos de gloria que el destino nos tiene reservado a todos, menosprecian y miran por encima del hombro a los que como simples mortales intentamos sobrevivir y superarnos poco a poco, dentro de ese mundo creativo aparentemente reservado solo a lo dioses, y donde Cronos es el único encargado de decidir a quién devorar.
Por otro lado, no me importaría recibir alguna que otra entallada de ese carnívoro Titán, aunque el resto de mortales siga sin entenderme, comprenderme o ni si quiera conocerme.
P.P.

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